70 años de “¡Ya viene Gorgonio Esparza! (el matón de Aguascalientes)”
Los cancioneros nos cuentan los “espeluznantes sucesos” y vicisitudes de un hombre desgraciado y siniestro, héroe del corrido popular…
Reunidos en una tertulia bohemia, entre los que se encontraban algunos integrantes del grupo de teatro guiñol “El Nahual” y otros artistas, las anécdotas iban y venían entre copas, brindis y salutaciones. De Aguascalientes, Pancho Díaz de León “nos cuenta” que, siendo niño, su padre lo llevó alguna vez a visitar la cárcel de su ciudad natal, donde conoció a su pariente Gorgonio Esparza que a la sazón purgaba una larga condena y quien “para entretener las horas”, según cuenta la historia, “la hacía ahí de zapatero”. Pancho lo miró con ojos cándidos y azorados y fijó en sus pupilas la fisonomía de aquel feroz personaje de “alacranados bigotes”, y las truculentas narraciones que de sus hazañas contaba la gente del pueblo. Otro hidrocálido, Antonio Acevedo Escobedo, recio escritor de sabrosa, pulida y refinada pluma, nutrido también en el mismo ambiente de desbordante vitalidad y poesía de ese barrio del Santo Señor del Encino, recogió la leyenda y bordó con sencillez, pureza vernácula y verso elegante, sobre la trama de Pancho, este “corrido” que, si duda alguna, sienta pie para la edificación del verdadero teatro mexicano. Otro artista oriundo, también, de Aguascalientes, Gabriel Fernández Ledesma, hombre y amigo cabal, también reciamente arraigado a la cultura y a la tradición mexicanas, hizo los diseños a color para los muñecos de esta obra y pintó las decoraciones con un concepto justo y preciso de lo nuestro, que no es una copia de la realidad, sino una realidad superada que se expresa en valores de una gran homogeneidad y comprensión plástica de las necesidades del teatro. Faltaba sólo que los personajes del minúsculo retablillo aparecieran…
Fue para la Feria de San Marcos de 1941 (feria donde aún se conserva viva y pura la tradición del país), que se estrenó esta obra. “¡Ya viene Gorgonio Esparza!” sucede en la bella Aguascalientes durante la época revolucionaria y es la exaltación de la vida de un pintoresco personaje -tan nuestro- que “nace entre sapos y culebras”, según cuenta la tradición, e inunda con la estela fulgurosa de su existencia aquel famoso barrio de Triana, en esa bella ciudad del Bajío. A Gorgonio Esparza, -hombre bravero y matón- “el amor, lo guió con su estrella; sota y rey, lo traicionaron; el vino obró cual centella, ¡por eso lo sentenciaron…!”
A setenta años de su estreno rendimos un modesto pero sincero homenaje a los artistas que participaron en esta significativa obra del repertorio del teatro mexicano…
Tercera llamada y… “Benevolencia, yo pido, antes de abrir el telón, para ese hombre, al que el corrido… ¡abre, el cielo, de rondón…!”